Cuidarse está de moda, una tendencia que ha venido para quedarse y que está provocando una auténtica revolución en nuestra forma de vivir. Si hasta hace unos años determinadas actividades y hábitos saludables se extendían entre la población de forma aislada y temporal ( actividades deportivas como el gimnasio, running, pádel, o el consumo de productos light, bio, zero azúcares, bajos en grasa, etc ), ahora existe una tendencia, yo diría que mundial, a cuidar la salud desde un punto de vista general, teniendo en cuenta todas las prácticas saludables que van a ayudarnos a una mejora considerable en nuestro estado físico y mental, así como en la prevención de decenas de enfermedades (cardiovasculares, piel, respiratorias, digestivas, diabetes, óseas, cáncer…) y como no, a alargar nuestra esperanza de vida en unas condiciones mucho mejores que en décadas pasadas.
Hace unos días escuchaba a un experto comentar que la primera persona que vivirá más de 150 años en el planeta ya ha nacido. Justificaba está opinión en los enormes adelantos médicos que se producirán durante las próximas décadas, así como por los comentados cambios de hábitos saludables a nivel global que se producirán, lamentablemente sólo en el llamado «primer mundo».
Como centros de salud que somos los balnearios, también estamos aportando nuestro granito de arena en esa revolución saludable que se está produciendo. La tratamientos termales naturales con aguas minero-medicinales, con una composición química tan extraordinaria como la del Balneario de Paracuellos, aportan beneficios para la salud, sin recurrir a la farmacología, y contribuyen de forma clara a la prevención y mejora de múltiples afecciones.
Algunos hábitos saludables que se están instalando en nuestras vidas para quedarse:
Alimentación.
Una alimentación equilibrada basada en productos naturales sin elaborar, se está convirtiendo en el principal arma para combatir decenas de enfermedades. Los consumidores cada vez son más conscientes de los alimentos que compran y de su composición. De esta forma las grandes multinacionales deberán dar un giro radical en cuanto a la salubridad de sus productos evitando aquellos que no contribuyan directamente a la mejora de la salud del consumidor. La popularización de herramientas de control de lo que comemos a través de nuestros smartphones hace que cada vez más personas vigilen de forma activa y diaria las cantidades de azúcar, grasas, hidratos, proteínas, sodio, etc que ingieren, lo que implica una mejora importantísima en la dieta de un amplio segmento de la población.
Deporte
La práctica de deporte de forma habitual y constante está alcanzando niveles de población muy importantes. Nuestras calles se llenan de personas corriendo, en bici o simplemente caminando. Se han extendido y popularizado los llamados gimnasios «low cost», que ofrecen un amplio catálogo de actividades físicas a precios muy razonables.
Además cada vez somos más los que aprovechamos nuestros momentos de ocio, escapadas de fin de semana, vacaciones, etc, para combinar descanso con deporte y salud.
Sol
La protección al sol se ha extendido con prácticas mucho más saludables que en décadas pasadas. La imagen de personas tomando el sol en horas centrales del día y sin ninguna protección prácticamente ha desaparecido de nuestras playas y piscinas. Actualmente se es consciente de los riesgos de un abuso del sol y de sus consecuencias a largo plazo. Los factores de protección de los bloqueadores solares son mucho más elevados y eficaces.
Tratamientos naturales preventivos
Terapias naturales como la termal se están convirtiendo cada vez más en alternativas a la farmacología tradicional con resultados extraordinariamente positivos. Adicionalmente la hidroterapia contribuye a la prevención de muchas enfermedades de todo tipo. Esta no es una idea nueva, las aguas minero-medicinales llevan siglos entre nosotros y en muchos países de nuestro entorno están incluidos en los servicios públicos de salud desde hace décadas.
Alcohol y Tabaco
Los avances en cuanto al consumo de tabaco han sido muy importantes en los últimos años, la regulación de su consumo en lugares públicos y la información al consumidor a la que se obliga a las compañías productoras han hecho que muchas personas hayan conseguido desengancharse de este gran «problema» de salud pública y por lo tanto hayan mejorado su salud y esperanza de vida de forma notable.
El consumo de alcohol todavía tiene un largo camino por delante debido a la aceptación social que tiene.
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