Es una forma de eccema, con curso recidivante agudo, subagudo o crónico, que suele comenzar en la lactancia durante el primer año de vida, con una tendencia a la desapariciónespontánea en la pubertad.
Su incidencia es del 10% en la población pediátrica, con tendencia a aumentar su prevalencia en los países desarrollados (14-17% en Europa). Aparece en un contexto de atopia asociada con asma, rinitis alérgica, conjuntivitis, colitis y piel seca. Caracterizada por alteraciones inmunológicas como aumento de las células de Langerhans en la epidermis y aumento del número de macrófagos en dermis, con gran cantidad de mastocitos y eosinófilos.
Clínicamente se manifiesta con lesiones eritematosas muy pruriginosas, exudantes, mal limitadas, con afectación de la cara, cuero cabelludo, manos, dedo gordo del pie, y a partir de los dos años con distribución preferente en los pliegues de flexión, muñecas y tobillos.
Cursa con crisis de prurito muy intenso, fundamentalmente por la noche, que conduce a alteraciones del sueño, formación de costras, descamación, y con el frote y rascado lleva a una liquenificación de la piel y un riesgo permanente de sobreinfección. El curso evolutivo es irregular, marcado por exacerbaciones y remisiones no siempre con explicación coherente. Su tratamiento entraña problemas graves como la dependencia a los glucocorticoides.
La dermatitis atópica constituye la principal indicación de los tratamientos termales en dermatología (60%), tanto en niños como en adultos, siendo el Balneario Paracuellos de Jiloca un Balneario especializado con una amplia experiencia en el tratamiento de esta patología.
El tratamiento termal se integra en el abordaje médico, mejorando la calidad de vida y aportando soluciones individuales a los pacientes. La terapia termal, que se puede iniciar ya a la edad de 5-6 meses, es bien tolerada, y sus efectos se traducen en mejoría de la piel con disminución del prurito y del insomnio, recidivas menos intensas y menos frecuentes en los 6 meses siguientes, disminución del consumo de dermocorticoides, normalización del sueño y disminución de la sobreinfección y liquenificación. La dermatitis atópica es una de las escasas indicaciones del tratamiento termal que se puede realizar en la fase aguda de la enfermedad.
El tipo de aguas minero-medicinales utilizados con más éxito en la dermatitis atópica son las que contienen una mineralización fuerte, clorurada, sulfatada, sódica, sulfurada del Balneario Paracuellos de Jiloca.
En los últimos diez años se han publicado varios trabajos en diferentes países valorando los resultados en la dermatitis atópica
Los porcentajes de mejoría tras el tratamiento termal oscilan entre el 41 y el 80%, con una disminución del consumo de fármacos entre el 70-85%. Destacamos algunos de ellos: