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Ruta del Jiloca Bajo

El río Jiloca es el más importante afluente del Jalón. Nace en Cella, en la provincia de Teruel, y desemboca en Calatayud con un valle más abierto, tras ciento veintitrés kilómetros de recorrido. La comarca del Bajo Jiloca es la que abarca el curso del río entre Villafeliche y Paracuellos de Jiloca, zona organizada actualmente por la capital bilbilitana. Según algunos estudiosos, ésta es una de las riberas más genuinas. Es decir, el prototipo de ribera aragonesa: una franja verde con huertas y árboles frutales.

El siguiente pueblo al que nos lleva la carretera es Maluenda, cuyas numerosas torres saltan a primera vista desde abajo. Es el lugar más populoso de la ribera. Su talante defensivo destaca en lo alto: la fortaleza de origen musulmán, llamada Molonda, se rindió al califa Abderramán III en el siglo X. El sistema defensivo se completaba con una torre albarrana situada en las eras, que posteriormente fue rematada con una galería de  arquillos. Tres iglesias coronan la población, siendo las dos últimas máximos exponentes del mudéjar aragonés: la de San Miguel (siglos XIV-XV); y la de las Santas Justa y Rufina, de estilo mudéjar también.

Un desvío nos lleva a Olvés, situado ya en la sierra, cuya iglesia está derruida en su interior. De mayor interés es la ermita de la Virgen de los Milagros, cuyo simple exterior encierra unas yeserías tardo mudéjares en las columnas que sujetan la cabecera.

Volviendo a la carretera de Daroca, Velilla de Jiloca tiene una modesta iglesia mudéjar. De su sistema defensivo no queda prácticamente nada, pero fue importante pues formaba, junto con otros dos castillos, las tres Vilullas en época musulmana, que vigilaban el valle. Fue conquistado por los castellanos en 1362.
Fuentes de Jiloca - Fuentes de Jiloca

Mayor interés tiene la iglesia mudéjar de Morata de Jiloca, que sigue la tipología de iglesia fortaleza, pero reestructurada posteriormente en el siglo XVI. Destaca su torre y la fachada decorada con cerámica y ladrillo resaltado. Magnífico ejemplo del mudéjar aragonés. También hay en Morata un palacio, "Casa Costea", que, a pesar de estar restaurado en 1904, guarda el estilo y los arcos aragoneses. Desde Morata, una carretera nos acerca a Alarba y a Castejón de Alarba, siguiendo un bonito paraje arbolado. La parroquial del primer pueblo es de estilo gótico y, aunque fue restaurada en 1760, mantiene su ábside  poligonal. La del segundo es un modesto edificio barroco de tapial.

Villafeliche fue un pueblo de tradición alfarera, y aún quedan gentes dedicadas a ello. También destacó por su fábrica de pólvora (llegando a tener hasta doscientos molinos, según Madoz) y de ollas. Hoy se ha reconstruido un molino de éstos para mostrar sus mecanismos y funcionamiento a los interesados.

Sobre una cima se alza su castillo musulmán con dos torreones sobre una gran cueva y un cementerio quizá único en España, puesto que se trata de panteones familiares dispersos por la ladera del monte contiguo al castillo, y empleados hasta los años 60. En la cima de este cerro se encuentra una ermita con los restos de los fallecidos en la guerra civil y unas curiosas pinturas en su interior.

En Villafeliche quedan restos de una mezquita, ya que el lugar tuvo gran población morisca hasta su expulsión en 1610. Tras la conversión forzada de los musulmanes, a partir de esta fecha de 1610, se apresuraron a construir una iglesia barroca que velara por la cristiandad. Planteada para soportar dos torres, sólo fue construida una. En esta iglesia aparecieron a finales del siglo pasado varias momias en perfecto estado de conservación de las que se guarda un interesante reportaje fotográfico. También hay varias ermitas de consideración como la de San Roque.

El río Jiloca es el más importante afluente del Jalón. Nace en Cella, en la provincia de Teruel, y desemboca en Calatayud con un valle más abierto, tras ciento veintitrés kilómetros de recorrido. La comarca del Bajo Jiloca es la que abarca el curso del río entre Villafeliche y Paracuellos de Jiloca, zona organizada actualmente por la capital bilbilitana. Según algunos estudiosos, ésta es una de las riberas más genuinas. Es decir, el prototipo de ribera aragonesa: una franja verde con huertas y árboles frutales.

El siguiente pueblo al que nos lleva la carretera es Maluenda, cuyas numerosas torres saltan a primera vista desde abajo. Es el lugar más populoso de la ribera. Su talante defensivo destaca en lo alto: la fortaleza de origen musulmán, llamada Molonda, se rindió al califa Abderramán III en el siglo X. El sistema defensivo se completaba con una torre albarrana situada en las eras, que posteriormente fue rematada con una galería de  arquillos. Tres iglesias coronan la población, siendo las dos últimas máximos exponentes del mudéjar aragonés: la de San Miguel (siglos XIV-XV); y la de las Santas Justa y Rufina, de estilo mudéjar también.

Un desvío nos lleva a Olvés, situado ya en la sierra, cuya iglesia está derruida en su interior. De mayor interés es la ermita de la Virgen de los Milagros, cuyo simple exterior encierra unas yeserías tardo mudéjares en las columnas que sujetan la cabecera.

Volviendo a la carretera de Daroca, Velilla de Jiloca tiene una modesta iglesia mudéjar. De su sistema defensivo no queda prácticamente nada, pero fue importante pues formaba, junto con otros dos castillos, las tres Vilullas en época musulmana, que vigilaban el valle. Fue conquistado por los castellanos en 1362.

Mayor interés tiene la iglesia mudéjar de Morata de Jiloca, que sigue la tipología de iglesia fortaleza, pero reestructurada posteriormente en el siglo XVI. Destaca su torre y la fachada decorada con cerámica y ladrillo resaltado. Magnífico ejemplo del mudéjar aragonés. También hay en Morata un palacio, "Casa Costea", que, a pesar de estar restaurado en 1904, guarda el estilo y los arcos aragoneses. Desde Morata, una carretera nos acerca a Alarba y a Castejón de Alarba, siguiendo un bonito paraje arbolado. La parroquial del primer pueblo es de estilo gótico y, aunque fue restaurada en 1760, mantiene su ábside  poligonal. La del segundo es un modesto edificio barroco de tapial.

Villafeliche fue un pueblo de tradición alfarera, y aún quedan gentes dedicadas a ello. También destacó por su fábrica de pólvora (llegando a tener hasta doscientos molinos, según Madoz) y de ollas. Hoy se ha reconstruido un molino de éstos para mostrar sus mecanismos y funcionamiento a los interesados.

Sobre una cima se alza su castillo musulmán con dos torreones sobre una gran cueva y un cementerio quizá único en España, puesto que se trata de panteones familiares dispersos por la ladera del monte contiguo al castillo, y empleados hasta los años 60. En la cima de este cerro se encuentra una ermita con los restos de los fallecidos en la guerra civil y unas curiosas pinturas en su interior.

En Villafeliche quedan restos de una mezquita, ya que el lugar tuvo gran población morisca hasta su expulsión en 1610. Tras la conversión forzada de los musulmanes, a partir de esta fecha de 1610, se apresuraron a construir una iglesia barroca que velara por la cristiandad. Planteada para soportar dos torres, sólo fue construida una. En esta iglesia aparecieron a finales del siglo pasado varias momias en perfecto estado de conservación de las que se guarda un interesante reportaje fotográfico. También hay varias ermitas de consideración como la de San Roque.

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